El gas licuado de petróleo (GLP), también conocido como Autogas, es actualmente y desde hace varios años, el combustible alternativo más utilizado en todo el mundo: en Europa a día de hoy circulan más de 20 millones de vehículos de GLP, cifrándose en 50.000 en España.
Los automóviles de GLP, al igual que ocurre con los de gas natural, pueden encontrarse en los concesionarios: hay varias marcas de coches (Fiat, Citroën, SsangYong, Dacia, Ford, Opel…) que ofrecen variantes de GLP en sus gamas que, digamos, ya vienen adaptadas por el fabricante y que, además, mantienen la garantía oficial. Estos automóviles se caracterizan por combinar dos tanques de combustible: uno convencional (gasolina) y otro de gas licuado de petróleo. El propulsor, por tanto, pasa a ser bifuel y está preparado para funcionar con ambos combustibles.
También se puede optar por adaptar nuestro vehículo y convertirlo en un automóvil de GLP en un taller autorizado (Atlántica Garantía recomienda contactar con Ferrosite, Begás Motor o Evarm entre otros) ya que la ITV es quien concede la homologación en última instancia y es muy conveniente adaptarlo en un taller con la notable capacidad de transformación. Esta instalación oscila normalmente entre los 1.000 y los 3.000 euros y, según recoge la legislación española, sólo es apta para modelos en gasolina con homologación Euro 3 o superior; también se puede dualizar los vehículos Diesel.

Abastecimiento, estaciones de servicio
Actualmente en España, incluyendo Baleares y Canarias, hay algo más de 650 estaciones que surten GLP. La mayoría pertenecen a Repsol (principal causante de que en España el Autogas gane la partida al gas natural a diferencia de otros países como Italia o Alemania), aunque también Cepsa, BP y Shell disponen de surtidores de GLP.
Por regiones, según los datos de la Asociación Española de Operadores de GLP (AOGLP), la mayor oferta la encontramos en Cataluña (113), seguida de Andalucía (107) y Madrid (72). En nuestro país, este combustible alternativo es el que cuenta con la infraestructura de repostaje más amplia, lo que supone una clara ventaja respecto a los coches de gas natural o a los eléctricos.
Generalmente para conectar la boca del depósito de Autogas al surtidor, se necesita un conversor que debe estar al vacío para repostar con éxito, pero hay marcas y modelos de vehículos que ya incorporan la adaptación sin la necesidad de este conversor. Si la bomba detecta pérdidas de presión, no surte el combustible. El GLP se introduce a alta presión y a temperaturas bajo cero.

En caso de viajar fuera de España, en las propias gasolineras existen conversores para las diferentes bocas de suministro GLP.
Subenciones
Si bien a nivel estatal el anterior plan de ayudas (Plan Movalt) sí que incluía tanto turismos, como camiones, furgonetas y autobuses de Autogas, el actual Plan MOVES lanzado este 2019 no ofrece incentivos para la compra de automóviles de GLP y tampoco para industriales ligeros: sólo los camiones pueden optar a ellas. En lo que toca a las ayudas regionales, hay comunidades que sí que ofrecen planes de incentivos para coches de Autogas, ya sea para la compra de modelos nuevos o para realizar la transformación.

Es el caso de Madrid, con el Plan MUS, que ya va por su segunda partida presupuestaria tras agotar la primera pocos días después de su lanzamiento a finales de 2018. En lo que toca al GLP sólo contempla la adquisición de coches nuevos de hasta 25.000 euros, oscilando la ayuda entre los 500 y los 1.000 euros, mientras que el concesionario aporta otros 1.000 euros.